Sucedido en el año de 1999 |
Los niños son más vulnerables para presenciar actividad paranormal, ellos tienen el alma más pura;
Cuando cursaba el preescolar, a mi y a mi hermana menor nos gustaba mucho jugar con un perro que mi familia había adoptado, el cual habían llamado Oso, una mañana en la que salí temprano del preescolar, fui a jugar con mi hermana menor en la parte trasera de mi casa, junto a un árbol de la vecina la cual a su alrededor tenía muy descuidado (el mismo árbol de el relato "Los lamentos cerca del árbol"), el perro se encontraba con nosotros y sin motivo alguno se levantó gruñendo hacia el lindero de la vecina, este buscó un hueco en el cual pudiera entrar, no tomamos importancia éramos muy pequeños para saber lo que sucedía, momentos después el perro cruzó el lindero y desde allá ladró con fuerza, al levantar la mirada yo y mi hermana vimos una especie de simio que trepaba el árbol, al instante tomé a mi hermana y nos alejamos del lindero, aquel ser sacudía con violencia la copa del árbol y grité al perro para que no le hiciera daño, unos minutos después aquel ser bajó y el perro regresó, podría decir que huyendo porque regresó muy rápido y desesperado, regresamos al patio de enfrente con el perro;
Yo y mi hermana nunca comentamos lo acontecido a nadie, hasta años después, hoy en día puedo decir que era imposible que un mono se encontrara viviendo en ese lugar, no es su hábitat y los vecinos nunca han tenido animales exóticos, pero aquello era de un color gris oscuro y nunca en mi vida e vuelto a ver eso.
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